Canción para acompañar la lectura:
Si pienso en el amor se vuela, se sueña, se canta.
Si pienso en el rencor se llora, se mata, se muere.
Si pienso en respirar se vive, se habla, se crea.
Soy. Eres.
Sonrisas leves y un sonido atrasado de una alegría que fue.
Me sumo al montón de personas que no quieren dejar huellas llenas de nadie.
¿Pero quien las deja rebalsando de grandeza? ¿Suman los pequeños actos de bondad o las grandes proezas que pocas veces salen a la luz? ¿Quién define a los héroes?
Mientras se escapa un globo con un poco de mi adentro me gusta pensar que en el momento que explote caerá un poquito de la felicidad que tenía cuando lo inflaba sobre alguna lágrima desconocida… quizás en los pies de un niño descalzo o en las manos de una mujer exhausta, tal vez en el corazón un hombre que ha perdido el rumbo… Pero entonces recuerdo que mi existencia no posee la llave de la alegría, y sentí paz, y sentí un peso. Dios moja cada día mis labios resecos con su descanso, cierra mis heridas, guía mis pasos. Aún mi eternidad es resguardada en sus alas. ¿Puedo acaso pedir mas? No han sido fatales los momentos de dolor, ni ha muerto mi alma en mis pasos errados. Él es fiel.
¿Correré la carrera?
Recostada boca arriba, entendiendo, descubriendo.
Llevo al testigo en mí, en mi aire y mí hablar, en mis manos, en mí andar. Soy en Él y Él en mí.
Llevo al testigo en mí y Él irá con quien quiere llevarlo dejando que sea su sostén.
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