Quedan ahí.

¿Que hay de las sonrisas que nunca dejamos salir del corazón? Cosas que no ocurrieron, pero imaginamos. Queda latente el deseo de que suceda… pero no, nunca lo hace, me pregunto si eso será lo que hace sentir la desilusión, o la angustia, los miles de sentimientos, acciones y palabras que no pudieron salir porque algo no pasó más allá de nuestros sueños. Parecían satisfacer la realidad, pero se revelan, comienzan a pedir ser escuchados por otro ser. Duelen, desesperan, a veces, logran su cometido  y después de eso, horas más tarde todos nos decimos a nosotros mismos… ¿porque no me calle la boca? Aunque no siempre nos arrepentimos. Ni siempre son tan malas.