"Y ahora permanecen la fe, la esperanza y el amor, estos tres; pero el mayor de ellos es el amor."

lunes, 21 de abril de 2014

Memorias de un luchador.



Cabalgamos armados hasta los dientes camino a Eilífparadís con la en un despertar, creyendo que podríamos revivir aquellos sueños que han entrado en suspenso constante desde la conquista de Klarheit. Aquella victoria sobre los seres aún no termina, es una herida abierta, un torbellino que sigue cobrando sin dubitativa victima tras victima.
 Un gran tramo lo atravesamos valorando solo nuestras fuerzas, grandes luchas las peleamos confiando únicamente en nuestras espadas, nombrando con honor cada escudo y cada casco. Por mucho tiempo fallamos, teníamos las herramientas correctas, las armas de la paz. Pero nos equivocamos, confundimos paulatinamente la diferencia entre lo que se nos había dado para batallar y las habilidades que desarrollamos con él que nos las había otorgado, la casi invisible línea entre confiar en lo creado sin valorar al creador había sido traspasada.  Bien sabrán ustedes que los mapas están para guiarnos, y por supuesto que las banderas de peligro están puestas por una razón. Hubo perdidas, la densa niebla que cegó nuestros ojos con valor humano nos llevo a caer… lamentablemente no todos hemos podido levantarnos y disipar lo confuso. Muchos se dejaron atraer por las sirenas, esas malditas sirenas que los llamaban con cantos de amor y victoria… se transformaron hombres justos en personas rudas y de palabras huecas, mujeres dignas de honor perdieron la consciencia de su delicadeza al plantarse cómo indestructibles y los niños que antes eran inocentes compartían la mente con un anciano perverso lleno de oscuridad marcado por todo lo que nada vale. Se inflaron con lo efímero, cargaron su exterior con valentía mientras en su interior solo existía el miedo, el temor a todo, se volvieron salvajes frente al pánico de que alguien explote su delgada burbuja de “vida”, fueron momentos tristes… son días que recordamos con tristeza y mantenemos en la memoria para incentivo de alejarnos del brillo falso, de un oro corruptible y soluble. Debo mencionar que no se puede erradicar por completo esta fatalidad y muchas otras que no he mencionado, no sucederá hasta que se restaure Klarheit. No se con certeza si llegaremos a ver cuando esto suceda, el trayecto que falta para alcanzar Eilífparadís es aún largo, pero de nada estamos seguros, cualquiera de los dos puede llegar primero. De lo que tenemos confirmación es de que cómo llegar a este último y con quienes y que abrir combate. Sin dudas es un lugar hermoso, marcado de incógnitas preciosas… he mencionado ya en mi libro de vida mi ilusión de ese momento[1] así que no reparare más en ello por ahora, todo lo me sale decir momentáneamente cómo el guerrero añejo y empapado de experiencias que soy, es la preminencia de ciertas cualidades del gran rey… amor, fidelidad, sacrifico y victoria serán solo algunas, pero son sin duda realidades que han hecho de nuestra travesía un descanso.
 Larga vida al rey sería un poco obvio de exclamar, pues la santidad no muere, los creadores del todo no expiran ni caducan, son eternos en si mismos, la trinidad pura vive sin necesitar de nuestro deseo, sin embargo… en un acto de agradecimiento, no temo exclamar a gran voz cual sería mi sufrimiento si su termino llegara a ocurrir, me glorío en el conocer de su eternidad y disfruto del saber que la han compartido. Majestad de majestades, sabemos que algún día nos encontraremos en Eilífparadís presenciando autentico gozo.
 Una vez más, honra y gloria solamente a El.


He peleado la buena batalla, he acabado la carrera, he guardado la fe.
Por lo demás, me está guardada la corona de justicia, la cual me dará el Señor, juez justo, en aquel día; y no sólo a mí, sino también a todos los que aman su venida.  2 Timoteo 4:7-8



*Eilíf paradís significa en Islandes paraíso eterno. Klarheit en Alemán significa claridad.

La versión de un inocente.



Yo pude ver cómo se aturdía su loable corazón,  entre golpes y empujones lo vi, me encontré frente a frente con la inocencia, sus ojos marcaron mi futuro, sus manos… habían marcado mi pasado.
La pesada cruz se traducía en iniquidad, la sangre marcaba un camino de sacrificio.
 Era muy pequeño para presenciar semejante crueldad, pero en todos estos años, no ha dejado de ser la memoria más fresca y dulce que mi mente puede recordar.
 Todos corrían por el mejor insulto, por la mayor ofensa, a eso iban, nadie se callaba o dejaba de empujar. Hasta que, por un momento, solo un momento… los gritos cesaron, fueron segundos de algo divino. Entre el tumulto y el odio se escabullo de alguna forma, el amor. El rostro de aquel hombre recorrió nuestras miradas, no había más que amor, no había más… que perdón. Miraba a aquellos a los que había sanado, se encontró con todos a los que había liberado… y ahí estaba yo, el niño por el cual había orado. Dejad a los niños venir a mí, y no se lo impidáis; porque de los tales es el reino de Dios. No creía yo que vería el momento, no creí poder presenciar cómo este tal Jesús, abriría las puertas de los cielos, para mí. El tiempo volvió a correr, y esos que estaban a mi alrededor, eran los mismos… los mismos que habían rogado por un milagro, los que pedían a gritos solamente una oración. Nunca palpe tanto la oscuridad, cómo en aquel día. La risa de la gente era una burla que transcendía lo humano… una burla ingenua… un simple gesto de ignorancia proveniente del que se hallaba a punto de ser vencido para siempre.
Llego el momento, elevaron su cuerpo… lastimado y grabado de golpes, con la gloria de la santidad y el escarnio del pueblo: ESTE ES JESUS, REY DE LOS JUDIOS.

¿Sabrían ellos? ¿Habrán tenido idea de su espíritu afligido por nosotros? ¿No repararon en que a través de sus heridas, era posible leer claramente salvación? Sus manos marcaron mi vida, un pedazo del cielo me fue entregado, una gloria invisible, una paz real. Y allí estábamos, los niños rebeldes, los ciegos, los mentirosos, los endemoniados, los paralíticos, los leprosos, los mudos, las prostitutas, los pobres, los soldados, los muertos. Allí estábamos, los agradecidos. Justificados pues por la fe, tenemos paz para con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo. Honra y gloria, al único que por amor, cambio nuestro merecido destino, aquel que sin dudar lo dio todo por todos nosotros, por los que nunca valieron, nada.

viernes, 11 de abril de 2014

Amor amor.



La dama buscaba un amor del cual escribir, quería que sus letras estuvieran bañadas de sonrisas y no de lágrimas, para eso esta el café decía.
Sentada en un bar soñaba, tomando un té pensaba, deseaba un amor complejo y simple, suave como una brisa de primavera e intenso cómo el dolor.
Ella nunca pensaba en su idioma, imaginaba en francés y leía en inglés, solo porque lo fácil no era para ella.
 Algún día iba a llegar el muchacho de moño con el cual se tropezaría en la calle por haberse concentrado mucho en el cielo, y entonces sonreirían, sería una unión para siempre.
Lo que no sabía, es que amar era mucho más grande que una historia de película, se choco con que el amor era mucho más real, más sufrido y a la vez más placentero… y que se unía más fuerte con las experiencias y los desencuentros.  Que cada lágrima derramada por el, era una joya… un sello de nostalgia cada vez que se iba.
Cuando llego su príncipe de cuentos entendió muchas cosas y se encontró  también con millones de incógnitas, pero su descubrimiento más grande, la melodía mas dulce para su corazón,  fue cuándo entendió que esa persona no la determinaba, no la cambiaba ni la confundía,  sino que la aceptaba por una razón sabia y loable, por nada mas y nada menos que tanto ella como el habían logrado ser alguien, mucho antes de que otro quisiera darse el lujo de definir, justamente, quienes son.

Ojos de esperanza.


Explosión de colores, energía, vida. Ser, sentir.
No pares el tiempo, la vida es música, es letras, es voz, la vida es respirar, entender, correr.
Sonreír, cambiar la historia, mejorar, transformarse, ser transformado. Fundirse entre el viento y los pensamientos, espiar el presente, comenzar el futuro.  
Agilidad y serenidad, carisma y paciencia, saber y callar. Crecer. Disfrutar.
Silencio e imaginación, llevar a cabo. Oler un libro nuevo, deleitarse con una canción, hablar, amar y ser amado.
Dios nos dio mucho más de lo que muchas veces llegamos a ver, existe un universo de asombros por descubrir.
Nada es simple y normal para aquel que sabe ver con los ojos del creador, cada obra es sublime para el que tiene ojos de esperanza.

Un regalo para compartir.



Hay una estrella dormida en mi ventana, una luz en mi habitación.
Parece llena de sueños y mucho esplendor.
Hay una estrella en mi ventana y ahora se de despertó, con miedo de que se vaya la guarde en un cajón.  Todos los días la saco un rato pero siempre entre ella y yo.
Habla de sus travesías, de donde saco su brillo y color, me cuenta con mucho entusiasmo quien es el que la creo.  Dice que la hicieron con un motivo y valor, aunque para eso tendría que ir al exterior ¿Pero que pasaría estrellita si se burlan de vos? Sería horrible si alguien opacara tu corazón. Esconderla es la única forma ya no hay vuelta atrás, de ahora en adelante mi casa será su hogar.
 Una tosecita del cajón comenzó a brotar y cuando voy a fijarme mi amiga no brilla más, de a poco me fue explicando porque es que se enfermo, me acuerdo ahora de ella, de su motivo y valor.
 Me dijo algo muy extraño, me explico cómo ayudar… por más raro que parezca mi deber es cantar, cantarle al único rey que vino al mundo salvar, el creador de mi estrella y de mi capacidad.
 No hay dudas de que funciona, volvió su brillo y su hermoso color, en cada canción se eleva llevando el mensaje a ese gran Señor.
 Hay una estrella dormida en mi ventana, una luz en mi habitación
 Ahora vienen seguido y aprendo la misma lección, se quedan conmigo por siempre iluminando mucho más que el corazón. 

Mateo 25:14-30 Parabola de los talentos. Interpretación para niños.